Esta obra es el resultado de un proceso de investigación con el vidrio.  Lo que empezó como un juego de experimentación, adquirió forma y contexto con el tiempo.  En la medida en que iba desarrollando las piezas, estas empezaron a adquirir formas de arañas.  Y así, en la medida en que iba construyendo más arañas, su instalación se asemejó a una telaraña.

Al investigar sobre el tema, aprendí que a lo largo de diferentes culturas, las arañas son vistas como tejedoras del destino y tienen poderes tanto creadores como destructores. La telaraña se presenta como el puente entre el mundo de los sueños y el mundo real, nuestra parte física y emocional, el lado masculino y el femenino, lo terrenal y lo espiritual y el pasado y el futuro.

Esta instalación representa la red que me a través de la cual mi trabajo con el vidrio me permitió conectar mis pensamientos y emociones con el mundo exterior.