Vanessa Schuster
Piña
La piña es nativa de América del Sur y su nombre indígena ananá, significa “fruta excelente.” A lo largo de la historia y de diferentes culturas, la piña ha sido representada como un elemento de conexión entre dos mundos, el material y el espiritual, el externo y el interno. Con la llegada de los españoles a américa, se empezó a relacionar con la imagen femenina y también adquirió significado de riqueza y hospitalidad. Estas particularidades fueron el punto de partida para la exploración que emprendí.
Este trabajo es el resultado de un proceso de investigación sobre la piña y su relación con el cuerpo humano. A pesar de ser completamente diferentes, la piña y el cuerpo humano comparten ciertas características. En el interior, el corazón de la piña tiene semejanza con la columna vertebral, ya que como ella, es fuerte y rígido. Tanto el corazón como la columna funcionan como la estructura principal que sostienen el cuerpo. En el espacio intermedio esta la pulpa. Esta es jugosa, carnuda y maleable. Así como las fibras musculares, le da forma al cuerpo y envuelve su estructura. El exterior es tal vez la zona en donde comparten mas características. La piel de ambas es la barrera que separa el mundo externo del interno, es una barrera que atrae y repele, protege y aísla.
Mi relación con la piña se inició con su disección. La despellejé de todos sus elementos y la estudié por un período de cuatro meses. Sus texturas, olores y sabores me permitieron construir una consciencia corporal que me permitió relacionarla con mi cuerpo. Sus características de porosidad y rugosidad, sus cicatrices, y sus deformidades, entre otras, fueron el punto de partida para poder llevarla un nivel estético por medio del vidrio y otros materiales.